Parece que últimamente sólo nos dedicamos a pasear por recónditos lugares del interior de la tierra como si fuésemos gusanos. En este caso la idea era entrar en la cueva por la mañana y escalar por la tarde, pero esta aventura nos llevó más de cinco horas y media, que gracias al humor de Jose Portales se nos pasaron enseguida. La verdad es que a la salida, aunque hubiera bastantes ganas de trepar, con el buen día que hacía, sin apenas gente, tampoco importó marcharnos. La aventura había estado pero que muy bien. La entrada es una grieta lo suficientemente ancha para pasar pecho – espalda sin agobio durante un rato hasta llegar a una gran bóveda, impresionante, en la que hay que hacer un rápel de unos 15 metros verticales. A la vuelta se escala este tramo, una escalada fácil en la oscuridad, con humedad y todo el barro que llevas encima, ¡muy divertido!, aunque mi querida Inma lo pasó un poco mal pero lo hizo muy bien como la Valkiria que es.
La parte inferior son canales muy anchos, como si fuera la vía del metro, pero con el suelo lleno de barro patinoso. Se avanza sin problemas, hay que agacharse bastantes veces para salvar algunar secciones. Lo que me incita a volver es llegar a descubrir más camino o rutas secundárias, ya que llegamos hasta donde ya no vimos camino evidente. Hay que encontrar la continuación. Pero bueno… eso es otra historia. Ahora hay que ponerse las pilas y ESCALAR.
LOS DIOSES DEL ACERO 
Buenos días Ramón! Que buena pinta tiene esa cueva, aunque lo mejor es llevar un buen mono de trabajo no? Saludos
A mi me gusto mucho. Ya entraremos mas adelante para intentar encontrar una ruta hasta Asturias!
¡¡Coño!! Ahora entiendo.
Había oído noticias de que esta primavera habia vuelto la plaga de topos a las tierras Castellano-Leonesas y yo por más que miraba por mi casa… Na de na.
¡Mira donde estaban los topillos! ¡En Valdehuesa!
Enhora buena Ramón por el nuevo «agujero», ¡No sólo de escalada vive el hombre!
Saludines